«Que caiga con fuerza el feminicida…»

«Que caiga con fuerza el feminicida…»

El Teatro Universitario de la Universidad Central del Ecuador, se convierte en centro de peregrinación de la gente que indignada, acompaña a la madre de María Belén Bernal Otavalo, para estrecharse en un profundo abrazo ante la pérdida de su hija.

Es un feminicidio, un crimen de Estado, porque ocurrió el 11 de septiembre, al interior de recinto policial y el autor-prófugo- es el Tnt. Germán Cáceres, quien la habría ultimado con saña, al interior de su habitación en la Escuela Superior de Policía, «Gral. Alberto Enriquez Gallo», ubicado al norte de la ciudad de Quito.

Los asistente al funeral, entonan de rato en rato la canción Sin Miedo, arreglada para el contexto ecuatoriano.  Hay lágrimas de impotencia en muchos asistentes, pero también rebeldía por los criterios que tratan de minimizar el hecho sosteniendo que se trata de «crimen pasional».

Pero diferentes analistas del derecho afirman que por el hecho de haber ocurrido al interior de un recinto policial y por las demoras en las acciones -recuérdese que el asesino no tuvo la custodia necesaria de la policía-, se convierte en un CRIMEN DE ESTADO, pero debido al momento político que vivimos, tratarán de dilatarlo.

Las voces que se levantan demandan:

  • La declaratoria de CRIMEN DE ESTADO, el asesinato de María Belén Bernal Otavalo.
  • El cierre de la Escuela de Policía de Pusuquí.
  • Reparación integral a las víctimas.
  • Para que crímenes como este no vuelvan a ocurir, sugieren que el nombre de «María Belén Bernal Otavalo» lleven algunas dependencias policiales.

#DevuelvanAMariaBelen

 

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